martes, 10 de septiembre de 2013

CAP 63: Midnight memories.








MARATÓN, PARTE 3/3.



-Fin de su narración-

-Narras Tú-

(Nota: A partir de ahora, o sea, estando con Drew, todo lo que digan lo van a hacer en español. A no ser que yo aclare ¿sí? Porque los dos hablan español, obviamente. Nada más, era eso. Sigan leyendo(: ).

Según Drew, me pasaría a buscar por casa en media hora. Pero, su puntualidad siempre había sido media chota… A sí que decidí darme un baño rápido antes de que llegara. Principalmente para sacarme el frío, porque hoy Londres estaba helado. Lo normal, claro, estando a unos pocos días de fin de año.

Estaba enjabonándome con mi jabón favorito, con aroma a jazmines y almendras, cuando oí el timbre sonar. ¿Ya llegó? Bueno, que espere. Hay confianza, y necesito terminar mi baño.

Segundos después, mi celular, que había quedado sobre el wáter (innodoro, donde haces pis, etc), comenzó a sonar con We are who we are, de Kesha, canción que había puesto de rington para Drew. Alcancé a estirar mi brazo y tomar el bendito teléfono, y atendí.

-INICIO VÍA TELEFÓNICA-
(En español)
Tu: Hey- saludé, con la cabeza aún fuera de la ducha para que no se me mojara el celular. ¿Ven? A veces me da la mente…
Drew: ¿Qué es ese ruido?- preguntó confundido, de seguro por haber escuchado el ruido del agua que seguía cayendo a mis espaldas.
Tu: Estoy en la ducha. ¿Estás afuera?
Drew: Sip.
Tu: Ok, báncame dos minutos que te bajo a abrir- pedí, y corté.
-FINAL VÍA TELEFÓNICA-

Apoyé el celular nuevamente sobre el wáter, y dejé que el agua se llevara los restos de jabón que quedaban en mi cuerpo. Apagué el agua y me envolví rápido con una toalla, no sin antes calzarme en mis hermosas pantuflas (zapatillas, slippers, tipo el calzado que te ponés para andar en casa, no sé, que son de pijama. Supongo que saben lo que son), y bajé para abrirle a Drew.

(En español)
Tu: Feo- lo saludé de cariño, una vez que abrí la puerta. Entró sonriendo, y me abrazó. Lo cual no fue muy buena idea…
Drew: Wow wow wow wow- se separó en seguida de mí, al notar que estaba completamente mojada. Sus ojos recorrieron rápidamente mi piel mojada descubierta, lo que hizo que me sonrojara levemente-. Estás ¿mojada?- dijo lo obvio, dudoso, sin quitar sus ojos de mí.
Tu: -bufé, intentando bromear. Me estaba poniendo nerviosa tanta miradita-. Sabes, eso es lo que ocurre cuando uno se baña… Te mojas. Aunque claro, si mal no recuerdo, no eras muy fanático de la higiene cuando éramos pequeños… supongo que eso no cambió, ¿no? ¿Sabes que hay que utilizar agua y jabón?
Drew: -rió fuertemente, volviendo a posar sus ojos en los míos, como una persona normal-. Y supongo que tu tampoco cambiaste eso de hablar mucho cuando te pones nerviosa- bromeó, haciendo que mis mejillas adquirieran un color carmesí nuevamente, pero mucho más intenso.
Tu: Ignoraré esa última parte, y me iré a vestir ¿ok?- sin esperar una respuesta por su parte, me di media vuelta, consciente de que su mirada no estaba en mi empapado cabello precisamente, y me apresuré a alcanzar la escalera.

Ya en mi cuarto, decidí ponerme esto:



No quería hacerlo esperar, así que me vestí rápido, y luego de maquillarme un poco y secarme el pelo, bajé. Veinte minutos, todo un récord viniendo de mi parte. Wow.

Al llegar al living, me encontré a mi morocho amigo despatarrado en el sillón, viendo muy concentrado nada más ni nada menos que Las Tortugas Ninjas. Okay.

No pude evitar soltar una fuerte carcajada, haciendo que despegara los ojos de la tele y me mirara confundido.

Drew: ¿Qué, de qué te reís?- preguntó, sin darse cuenta. Me limité a señalar la pantalla, y aún riendo, fui a sentarme a su lado. Su expresión pasó a ser comprensiva, y sonrió ampliamente.
Tu: No me digas que seguís viendo ese programa choto- comenté, divertida.
Drew: Ay, por favor- se cruzó de brazos, enarcando una ceja-. ¿Me vas a decir que vos no seguís mirando Bob Esponja? Amas ese dibujito. Y ese sí que es pedorro, no como mis tortugas- repuso, mirándome con sorna. Bueno, ta. Si, lo sigo mirando, ¿y? Bob comanda a todos.
Tu: Eso es información confidencial- evadí el tema, poniéndome de piel. Vi como negaba con su cabeza divertido, y me imitaba. Tomé mi bolso, que aún descansaba en la butaca del pasillo, y ambos nos aproximamos a la puerta-. ¿Y bien? ¿A dónde me llevas?
Drew: Hasta el fin del mundo, enana- me guiñó un ojo jodiendo, y abrió la puerta, saliendo a la fría tarde de Londres.

Puse los ojos en blanco, sonriendo ante sus boludeces, que por años había creído incapaz de volver a escuchar, y lo seguí hasta su auto, dispuesta a recuperar el tiempo perdido. Lo sé, algo imposible, después de seis años. Pero ya saben lo que dicen, la noche es larga, ¿o no?


(Horas más tarde)

Drew: Te juro que es la última vez que elegís vos la película- me informó en voz baja, sentado junto a mí en la última fila de la sala del cine.
Tu: Ta, boludo. No es tan mala- me defendí, aunque tenía razón. Era una mierda. Empezando porque la protagonista se llamaba Margaria. ¿Quién, en una película de amor, se llamaría Margaria? Es como llamar a un gato, Nemo. No tiene sentido. Y ni siquiera sé si ese nombre existe de verdad.
Drew: ¿Qué no es tan mala, decís? Lo único que hacen es comerse la boca como sapos. Ni siquiera saben besar. Es decir, míralos nada más… Y entre el Jonh ese y Robert, no sé cuál es peor. La mina es más fea que lechuga en los dientes.
Tu: Bueno, che, hablo Mr. Ganador- me burlé, aunque entiendo su punto. No digo que la loca esta tenga que ser hermosa, pero, si no es muy bonita, la personalidad siempre sirve, en cualquier caso. El problema acá era que la tal Margaria era re idiota. En serio.
Drew: Obvio- me seguró, canchero-. Más que vos, seguro que gano, enana.
Tu: -enarqué una ceja, divertida- ¿sí? No me digas- repuse, sarcástica.
Drew: Espera- me dijo, con una cínica sonrisa en la cara, y comenzó a rebuscar algo en su bolsillo derecho trasero. A los pocos segundos, sacó una pequeña libretita de espiral, y la balanceó delante de mis ojos.
Tu: ¿Qué es eso?- pregunté extrañada, estirando mi mano para alcanzarla. Sin dejarme siquiera tocarla, la retiró y volvió a guardar en su bolsillo.
Drew: Eso- comenzó a explicar, orgulloso- es una lista de todas las chicas con las chicas con las que he estado.
Tu: ¿Es joda?- pregunté, riendo ante su idiotez.
Drew: Bo, no te rías- se quejó, aunque terminó riendo conmigo.
Tu: Luego quiero ver eso- dije, y no era una pregunta. Lo iba a ver, sentía mucha curiosidad por saber el número de minas con las que estuvo Drew. Y lo que me da gracia es saber que ya desde pendejo era así: todo un mujeriego.

El resto de la película la pasamos hablando de cosas banales, lo que hizo que el tiempo pasara más rápido. Por suerte, porque Margaria me tenía harta.

Luego de la película fuimos hasta Mac Donald’s. Me pedí una Big Mc con el combo grande, y Drew dos Cuarto de libra con queso y dos Mc Fiesta con papas y coca cola también. Ya veo que su apetito no cambió para nada. Igualito a su primo.

Después de cenar, decidimos volver a casa. Ya había llamado a mamá, y esta accedió a que Drew se quedara en casa. Es decir, no le dije que era él. Le metí que iría Niall a dormir. ¿Por? Mi madre lo conocía desde bebé, y quería darle una sorpresa.

Ya eran las nueve y algo de la noche, por lo que supuse que mamá y Des estaban en casa. Entramos, y comencé a llamar a los gritos a mi madre.

Finalmente, luego de algunos pocos minutos, bajó, confundida. Digo, no es como si cada vez que yo llegara a casa le avisara gritando. Difícilmente intercambiábamos más de tres palabras en la semana. En fin.

Quien me dio la vida se acercó a nosotros, aún sin entender lo que estaba pasando, y por lo visto, sin reconocer a Drew. Aún vestía la típica ropa que se ponía para trabajar: un traje Channel clásico. Esta vez, era azul claro, acompañado por unos tacones negros bastante altos. Adiviné que recién había llegado.

Tm: Hija, ¿qué sucede?- preguntó, mirando con desconfianza pero educación a mi amigo, todavía un extraño para ella.
Tu: Am, nada, quería que saludaras a mi amigo- dije, tranquila. Drew solo mantenía una sonrisa educada en el rostro, a sabiendas de que mi madre no tenía idea de que era él.
Tm: ¿Y cómo se llama tu amigo?- inquirió, inspeccionándolo de arriba abajo. Bien, recuérdenme no traer personas desconocidas a casa la próxima vez. Lo está mirando como si pudiera sacarle rayos láser, no sé. Que incómodo.
Drew: Mi nombre es Drew. Drew Roy- le informó, sonriendo ampliamente. Por un momento, mi progenitora no pareció haberse dado cuenta de lo que acababa de oír.
Volvió a mirarlo fijamente, parpadeó, y un oh se escapó de sus labios.
Tm: ¿D..Drew?- me miró a mí, y luego nuevamente a él- ¿Ese Drew?
Tu: Ese Drew- le confirmé, divertida. Mamá no tardó en abrazarlo fuertemente y no sé cuantas muestras de cariño más. Ay, por favor, me va a dejar pegada.

Tu: Bueno, ta, má, soltalo…- pedí, al ver que lo estaba estrangulando más o menos. Él, sin embargo, solo sonreía ampliamente, como de costumbre.
Tm: -me hizo caso, y a duras penas quitó sus manos del pobre chico- ¿y cómo es que estás aquí?- preguntó, confundida. Alcancé a divisar humedad en sus ojos. ¿Iba a llorar? Jodeme que estaba llorando por este boludo. Las madres y sus cosas.

Tu: ¿Ubicás a Niall?- pregunté, solo para cerciorarme. Difícilmente podría olvidarlo. Pasaba más tiempo en nuestra casa que en la suya-. Bueno, ellos son primos.
Tm: ¿De verdad?- preguntó incrédula. ¡Ven! El mundo es demasiado chico-. Wow, que agradable coincidencia.
Drew: Lo sé. Cuando me encontré con _____(tu nombre) ayer no podía creerlo. Es decir, tenía la esperanza de volverla a ver en algún momento, pero, ¿aquí en Londres? ¿Y por mi primo? Es tan extraño.
Tm: -asintió, totalmente encantada de que estuviera aquí- yo creo que es el Destino, ¿quién dice que no?

Bien, paremos esto antes de que empiece con sus divagaciones divinas y astrológicas. Tampoco es como que no vaya a espantar al pobre chico.

Tu: Si, bueno… ¿Llegó Des? Así lo saludo- dije, para cambiar de tema. Asintió, y, caminamos los tres juntos al living, donde estaba el padre de Harry leyendo el periódico.

Al sentir nuestros pasos, alzó la vista, sonriendo tal y como lo hace su hijo.

Des: ______(tu nombre), hola- me saludó alegre, parándose a darme un beso. Le sonreí a su vez-. ¿Y este quién es? ¿Tu novio?- no pude evitar sonrojarme ante esa pregunta estúpida. Rodeé los ojos, y me dispuse a presentarlos.
Tu: Este es Drew, un amigo- enfaticé esa última palabra. Ambos estrecharon sus manos, educadamente-. Vamos a estar arriba- anuncié, dispuesta a salir de allí cuanto antes, y tomé la mano de Drew, llevándolo conmigo. Tanto interés fraternal me pone de los nervios.

Lo llevé hasta mi cuarto, y apenas llegar, se desplomó sobre mi sillón.

Drew: Tu madre sigue estando igual que siempre- comentó, una vez que yo hice lo mismo pero en mi cama.
Tu: Charlatana y pesada…
Drew: Iba a decir amable y encantadora, pero bueno- ambos reímos-. ¿Y ese tipo, quién era?
Tu: Ah- comencé, y me encontré contándole todo lo que había pasado en los últimos dos meses. El por qué estaba viviendo en Londres, quién era el novio de mi madre, sobre los chicos, sobre mis amigas, sobre Harry… Si, estuve un rato largo hablándole sobre él.

Cuando terminé con toda la historia, lo primero que atinó a hacer fue soltar un largo y armonioso silbido.

Drew: Bien, tu sí que tienes una vida complicada- comentó, finalmente. Sonreí, lanzándole un almohadón por la cabeza-. ¡Hey! ¿Y eso por qué?- se quejó, acomodándose el cabello.
Tu: No lo sé, fue un impulso- me encogí de hombros, divertida.
Drew: ¿Sí? Ahí te va otro impulso- y, como era de esperarse, un almohadón aterrizó con fuerza en mi cara. No dudé ni un segundo, y le lancé otro a su vez. Él hizo lo mismo, y terminamos en una pelea de almohadas, tal y como lo hacíamos en nuestra infancia.


Tu: Bien… Ya… Basta- pedí, agotada por la risa y el esfuerzo, mientras me dejaba caer sobre mi cama, tendida boca arriba.
Drew: Eso…Fue… Divertido- me imitó, desplomándose a mi lado.
Tu: Sip.. Como cuando…- no pude terminar de hablar, porque la puerta de mi cuarto se abrió abruptamente. Apareció Gemma, quién, al vernos a Drew y a mí sobre la cama, respirando agitadamente, frunció el ceño, divertida. Me enderecé en seguida, imaginando que parecía cualquier cosa.

Gemma: Lo lamento… No sabía que estabas ocupada- se limitó a decir, enarcando una ceja. No pude evitar sonrojarme, a pesar de que sabía que no había hecho nada malo. Y aunque no lo hubiera hecho, ¿qué le importa?
Tu: No, no lo estoy. Pero te agradecería que golpearas la puerta antes de entrar- respondí educada, aunque siendo consciente de que mis ojos no expresaban lo mismo. Yegua.
Gemma: Por supuesto. Luego hablamos- comenzó a girarse, cuando se detuvo, y volvió a su antigua posición-. Oye, ¿sabe mi padre y Victoria que él está aquí?- preguntó, inocentemente. Inocencia las pelotas.
Tu: Si, saben- respondí, con una sonrisa cínica. Imitandome, se marchó, dejándonos nuevamente a solas.

Drew: ¿Y esa quién era?- preguntó, mirando depravadamente la puerta. Lo golpeé en la cabeza fuerte, pero en joda. O bueno, no tan en joda.
Tu: -resoplé- Gemma. La hermana de Harry.
Drew: Nunca me dijo que tenía una hermana ardiente- se quejó. Un comentario bien de hombre. Son tan iguales.
Puse los ojos en blanco, mientras caminaba hasta mi baño privado. Si, lo sé. Ese que rara vez uso. Soy rara, ni me lo digan.

Mientras Drew me hablaba sobre algo que no alcanzaba a escuchar, lavé mis dientes, me despojé del maquillaje con toallitas desmaquillantes y até mi pelo en un moño en lo alto de mi cabeza. Ya sé, gran aspecto para estar con un chico completamente caliente en mi habitación. Pero lo bueno es que no tenía que impresionar a nadie, y que para mi Drew no era como un hombre. Quitándole el hecho de que está divino y que tiene pene, es algo así como una amiga para mí. Una muy rara amiga.

Volví a irrumpir en mi habitación, encontrándome con una morena espalda partible en trescientos veintisiete pedazos, desnuda de la cadera para arriba.

Bien, ¿y mi linda amiga donde quedó?

Tu: Am, iré a vestirme a…- se volteó, lo que me ofreció una mayor vista de su excelente estado físico. No pude evitar quedarme mirando su muy trabajado abdomen por unos pocos segundos. Y aunque pocos, suficientes para que yo me diera cuenta de que lo estaba observando como una acosadora sexual, y para que él notara que me veía como una. Ups.

Enarcó una ceja, lo que hizo que me sonrojara. Pero rápidamente me recompuse.

Tu: ¿Qué me mirás así?- exigí, fingiendo indiferencia. Lo que provocó que su sonrisa se expandiera, con un deje de gracia.
Drew: Acá la única que miraba sos vos…- bien, de los 10 años que pasé con él, aprendí algo. Si él puede jugar, yo también. Y juego el doble.
Tu: Si, ya sabes, creo que te faltó mojarte un poco y conversar conmigo en toalla. Eso seguro que hará que te mire- objeté, refiriéndome a cuando bajé a abrirle recién salida de la ducha. Esbozó una sonrisa torcida, tan característica suya.
Drew: No gracias, no me apetece nada que me violen- repuso, gracioso.
Tu: ¿A vos, violarte? No te toco ni con un palo, querido- le aseguré, con superioridad. Lo cual es sumamente cierto. Pero no de ese modo. Es decir, nunca estaría con él. Es como mi hermano, crecimos juntos toda la vida. Pero eso no viene al caso. ¿Por qué busco razones?
Drew: Con el palo te toco yo a vos- lo miré con repugnancia; había olvidado que era un asqueroso. ¿Lo era? No importa. Diu.
Tu: Por tu culpa estoy imaginando cosas asquerosas en mi cabeza, idiota. Me voy a vestir- dicho esto, caminé ofendida hasta el walk in closet, cerré la puerta y pasé la llave por si acaso. Mejor prevenir.

Una vez allí, busqué un lindo pijama para ponerme. Y con lindo, me refiero a decente. Porque sí, se quedaría a dormir conmigo. Necesitábamos recuperar el tiempo perdido lo máximo que pudiéramos. Lo que significa que me vería en pijama. Y mis pijamas no eran muy normales que digamos… Ok, este está bien:

 (Elijan uno)
 


Me cambié, y volví a salir. Drew, al verme, rió. Lo miré feo, colocando mis manos en mi cintura.

Tu: ¿El chiste?
Drew: Lindo pijama- me señaló, risueño. Me limité a poner los ojos en blanco, a la vez que una rebelde sonrisa se escapaba de mi dominio. Si, con Drew todas mis sonrisas se escapan. ¿Qué onda? Uno no tiene derecho a sonreír cuando quiere o qué.

Nos propusimos mirar una película en mi laptop; la revancha de la mierda que vimos en el cine. Pobre Margaria, si supiera…

Mientras la película cargaba, aprovechamos para ponernos al tanto de nuestras vidas, y le exigí que me mostrara su lista de chicas con las que había estado. Obviamente accedió, muy orgulloso. Dios, si los chicos son todos igual de pelotudos…
Creo que estuvimos hablando por horas, sin darnos cuenta. Habíamos extrañado tanto eso… Es decir, ¿pueden imaginárselo? Compartir diez años de tu vida con alguien, que, de un momento a otro, se tiene que ir. No éramos los mejores amigos, pero si éramos como hermanos. Cada uno hizo su vida, y luego de seis años, volvemos a encontrarnos en el lugar más insospechado. Londres. ¿Y si no hubiera viajado a Londres? ¿O conocido a los chicos, principalmente a Niall? Nunca lo hubiera vuelto a ver. Que raras casualidades nos trae la vida, eh.

Ya entrada la medianoche, nos pusimos a ver la película, tirados en la alfombra de mi cuarto, con decenas de almohadones para darnos más comodidad. Esta vez, no era una película de Barbie como cuando éramos chicos, pero la intención estaba ahí. Y, entre escena y escena, nos quedamos dormidos. Como tantas veces, años atrás.


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 Hola mis amoressss. Acá termina el maratón. ¿Les gustó? Tipo, no pasaron muchas cosas, porque quería que fueran viendo sobre la relación de rayita y Drew, y sobre eso que Harry no explica, y ta, esas cosas. Si prestaron atención a los detalles, en los próximos capítulos van a entender muchas cosas. Y nada, justamente eso: a partir de ahora se viene lo interesante. Este maratón sirvió para ir metiendolas en el tema. Espero que les haya gustado :)) Y, como notarán, el nombre de este útimo capítulo tiene que ver con los chicos. MIDNIGHT MEMORIES. I'm so excitedddddddd. Mierda.
En fin. Perdón a todas aquellas que me han escrito al ask y no he contestado, les voy a ir respondiendo. Y lamento la demora. Como también lamento que hayas chicas acá que sean desubicadas y maleducadas. O sea, todo bien, admito críticas y más cuando me demoro en subir capítulos por el motivo que sea. Pero no me metan bardo ni me insulten, porque me lo paso por el culo. Les aviso, para que no pierdan su valioso tiempo en mi. Porque es al pedo. Y si les molesto mucho, dejen de leer la novela. Así de fácil. Yo no las obligo a leer nada, y si lo hacen es porque quieren. Así que media pila chicas. La que tenga algún problema conmigo, me deja su fb, la agrego y hablamos de lo que sea que les esté molestando. Pero insultos anónimos me parece de lo más pendejo.
No tengo nada más para decir. Espero que les hayan gustado los capítulos! Y POR FAVOR, no olviden comentar y unirse al blog, en la parte de 'seguidores'. Es importante, para que el blog siga creciendo. Gracias :)
Las adoro, gracias por leer!!
Naty.
 



CAP 62: You make me crazier.





MARATÓN, PARTE 2/3.




Harry: Dejá de mirarme así, me estás asustando.
Parpadeé, volviendo a la realidad. Me había quedado colgada, pensando en esa hermosa canción. Sonreí, acercándome a él.
Tu: Lo siento.
Harry: Descuida- depositó sus manos en mis caderas, y balanceándome en el aire, me sentó sobre sus piernas-. ¿Y? ¿Te gustó?
Tu: Me encantó- le dije sincera-. ¿Quién la escribió?
Harry: Bueno…- sus mejillas adquirieron apenas un poco de rubor. No, esperen. ¿Harry Styles sonrojado? ¡No! Debe de ser una joda.
Tu: ¿Qué? Decime- insistí, entre curiosa y sorprendida. Entiendan, ver a Harry nervioso o avergonzado no es algo que suceda todos los días.
Harry: -suspiró- en realidad esta canción la escribí yo. Niall me ayudó con la melodía… La hice pensando en ti. No será incluida en el álbum, pero estoy tratando de convencer a los productores para ponerla en la versión extendida.
Tu: ¿De verdad?- mierda. Eso fue estúpido. Una pregunta desubicada. Arreglémoslo.

Acerqué mis labios a los suyos, apenas rozándolos, y me eché hacia atrás. Me dejé vagar por esos increíbles ojos verdes, con una mezcla de grises y celestes, antes de que sus labios fueran en busca de los míos, esta vez.
Nuestras lenguas no tardaron en unirse en una de las usuales batallas a las que se veían sometidas diariamente. No es como si uno de los dos quisiera ser controlado. Nuestros besos eran así. Aunque, debo admitir que me gustaba la forma en la que su boca se mostraba posesiva contra la mía. Era sexy.
Dejé que su lengua explorara mi cavidad bucal a fondo, chocando la mía con la suya cuando ésta venía a su encuentro. Sus dientes tironearon de mi labio inferior, y volvió a repetir el gesto varias veces más, a sabiendas de que amo cuando hace eso. Amo sus besos en general. Son adictivos, creo que nunca me cansaré de ellos…

*****: ¿Hay alguien en casa?- ambos nos separamos rápidamente, sobresaltados, al escuchar una voz femenina a poca distancia.

Me senté a su lado,  un segundo antes de que Gemma entrara por la puerta del living, indiferente a lo que estaba pasando allí segundos atrás. Sentí como mi corazón latía desquiciado, y no necesitaba ser adivina para darme cuenta de que el de Harry igual. Estuvo cerca.

Harry: Hola, Gem- saludó, de lo más natural. Que buen actor resultó el nene, eh.
Gemma: Hola Hazz, hola _____(tu nombre)- me dedicó una sonrisa amplía, aunque demasiado feliz. Ya saben, cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía.
Tu: Hola- respondí a su vez, sin intención de profundizar más. Todavía me estaba recuperando del beso de Harry. Porque, además de ser adictivos, me dejan nerviosa. Más de lo normal cuando de su presencia se trata.
Gemma: Chicos, tengo que ir a la prueba del vestido. Ya saben, el casamiento de papá…- rodeó los ojos, quitándole importancia-. Estoy llegando tarde, no me esperen para almorzar. ¡Adiós!- y dicho eso, salió nuevamente por donde vino, supongo yo que en dirección hacia la puerta. Suspiré, ya calmada.
Tu: Algún día tu hermana me va a provocar un infarto- dije, algo malhumorada, recordando cuando, el día de Navidad, había aparecido de pronto en la cocina y casi nos descubre.
Harry: -sonrió- Gemma es así- le quitó importancia, adquiriendo una mirada pensativa-. Todavía no tengo idea de qué me voy a poner para la boda de mi padre y Vicky.
Tu: -rodeé los ojos- como si ese fuera un problema para ti. Cualquier cosa que te pongas te quedará bien. En cambio yo, no tengo ni la más puta idea de qué voy a usar. Como tampoco sé si habrá damas de honor, o esas cosas horrendas… Juro que si mi madre intenta hacerme usar un vestido horripilante, igual al de cinco personas más, no voy.
Bien, obviamente el momento romántico había pasado. Bienvenidos los temas triviales. Gracias Gemma, muchísimas gracias.
Harry: No seas tonta. A ti todo te queda hermoso- me aseguró, acercándome nuevamente hacia sí. Ahora mi cabeza descansaba en sus piernas, y él me miraba con una sonrisa divertida desde arriba.
Tu: El problema es que no me tiene que quedar hermoso. Es la boda de mi madre, debo estar hermosamente hermosa- repuse, con necedad-. Tu porque no tienes que preocuparte tanto.
Harry: ¿Y eso por qué? Mi padre también se casa, ¿lo olvidas?- cierto. Un pequeñísimo detalle. Su padre se casaba con mi madre. A veces suelo olvidarlo.
Tu: No, no lo olvido- noté como mi voz sonó apagada, hasta para mí misma.
Uno de sus dedos comenzó a trazar delicados círculos en mi mejilla, pausadamente.
Harry: ¿Por qué lo dices así?- preguntó paciente, dulce.
Tu: No es nada. Simplemente a veces me gustaría que las cosas fueran de otro modo, ¿sabes?- respondí vagamente, aunque consciente de que mi voz estaba cargada de pesadumbre.
Harry: De otro modo como…
Tu: Como si tu padre no se casara con mi madre. Como si nosotros no fuéramos hermanastros.
Harry: -suspiró- no tiene nada de malo esto que estamos haciendo, ____(tu nombre).
Tu: -enarqué una ceja, dispuesta a no quedarme con esa estúpida respuesta-. Si no tuviera nada de malo, ¿por qué lo ocultamos?

Es fácil. Porque quizás para nosotros esté bien, pero seamos sinceros, no creo que a nuestros padres le haga mucha gracia. Es decir, no es incesto. Pero visto desde un punto de vista neutral, no es del todo aceptable, ¿verdad? Hermanastros enamorados. Algo sobre lo que Shakespeare escribiría… Bien. No es tan trágico como para meter a Shakespeare en esto.

Harry: Estás siendo paranoica- suspiró, deteniendo su tacto en mi mejilla-. No tiene nada de malo que estemos juntos, nuestros padres ni siquiera están casados. Solo son novios y…
Tu: Comprometidos, Harry. En menos de un mes se casan- le hice ver, algo molesta. Odiaba que le restara importancia a algo importante como lo es esto.
Harry: Como sea. Yo estoy enamorado de ti, y me chupa tres huevos si nuestros padres se casan o no. No tenemos la misma sangre, así que está bien. Ni siquiera tenemos que preocuparnos por ahora. Cuando llegue el día, veremos. Ahora no quiero discutir- terció, perdiendo la paciencia.
Tu: ¿Cuándo llegue el día veremos? ¿A qué te refieres con eso?- me salí de su agarre, sentándome nuevamente en el sillón, furiosa. ¿Es joda?
Harry: ¡Eh! Tranquilízate. No estoy hablando de ese veremos. Sino del veremos cómo le diremos a los demás que estamos juntos. ¿Bromeas? Nunca te dejaría. A ver cuando lo entiendes.
Tu: -suspiré, tranquila de que la estúpida idea que había comenzado a formarse en mi cabeza fuera errónea-. Me alegra oír eso, ¿sabes?
Harry: Si, lo sé, pequeña- murmuró, depositando un suave beso en mi coronilla.


(Rato más tarde)

-Fin de Tu Narración-

-Narra Harry-

La estúpida charla sobre el casamiento de nuestros padres la dejó un poco distante, así que le propuse a _____(tu nombre) hacer un picnic en el Hyde Park. Acepto encantada; creo que ama los picnics. Eso espero, porque muchas salidas románticas no se me ocurren.. Digamos que no soy muy bueno con las citas. Lo mío es más bien llevar a cenar a alguien, y luego besarnos. O besarnos, y luego ver si tomamos algo por ahí. Nada más alejado del ideal de _____(tu nombre).
Bueno, no es como si ella tuviera un ideal de cita. Por lo menos, no que yo sepa. Aunque sé que si me preocupara únicamente de llevarla a cenar a un bonito lugar, y luego a mi cama, me mandaría a la mierda. Ella no es como las demás. Por eso estoy con ella.

Estar. ¿Estoy con ella? A veces me pregunto de qué manera estamos. No somos novios. Amigos, hace rato que dejamos de serlo. Aunque en realidad, nunca fuimos muy amigos que digamos. No tenemos un título definido, y me frustra. Es como no saber algo sencillo. Como querer pintar las paredes de tu cuarto, y no saber si lo que tienes en mente es un verde oliva, o un verde inglés. Como si…

Tu: Llamando a Tierra, Styles…- parpadeé, volviendo mi vista hacia la enana que me traía loco. Sonreí, consciente de que mi sonrisa se asemejaba a la de un idiota, y deposité un sonoro beso en su mejilla izquierda-. ¿En qué pensabas?- preguntó, riendo por mi efusividad.
Harry: En si debería pintar las paredes de mi cuarto de verde oliva o verde inglés.
Tu: -me miró curiosa- ¿planeas pintar tu cuarto?
Harry: No, en realidad no- puso los ojos en blanco, seguramente pensando en lo loco que estaba.
Tu: Estás loco, ¿sabes?- ¡ven! Se los dije.
Harry: Un poco- volvió a reír, y se paró de un salto-. ¿Eh, qué haces?
Sin responderme, sacó el iPod de su bolso y comenzó a teclear algo en la pantalla, hasta que una melodía desconocida para mí comenzó a sonar, y me miró triunfante.
Harry: ¿Qué es eso?- volví a preguntar, no muy seguro de lo que estaba haciendo. La mayoría del tiempo no sé que esperar de ella. Está un poco… loca.



Una voz masculina comenzó a sonar, estoy casi seguro que en español, y _____(tu nombre) le siguió el ritmo, balanceando sus caderas y moviendo sus brazos, todo sensualmente. La puta madre, ¿pretende volverme loco?

Sin poder apartar mi vista de su cuerpo, ella seguía bailando, y cantando al son de los cantantes de esa canción. No entendía un pedo de lo que decía, pero tampoco es como si me importara mucho. En este momento las caderas de mi chica son un poco más importantes…

Tu: Tampoco me dejes bailando sola como una tarada- me reprochó, estirando sus manos hacia mí. Negué divertido con la cabeza; lo mío es más bien quedarme sentado y observar. Hablo en serio. No siervo para el baile.

Pero, estamos hablando de la terquedad en persona, claro. Sin tener en cuenta mi desastroso talento para el baile, me tomó de las manos impulsándome hacia arriba, y no tuve más remedio que seguirle la corriente. Todo sea por verla feliz como lo estaba ahora.
Siguió cantando esa extraña canción, en un español tan sexy que me hacía estremecer, mientras sus brazos me hacían girar de forma estúpida y viceversa. Nos estábamos riendo como unos dementes, hasta que la canción llegó a su fin, y no pude evitar poner cara de pena.

Tu: -rió ante mi expresión- si hubiera sabido que te gustaba tanto bailar ya nos hubiera inscripto en uno de esos clubs, ya sabes, clases de baile para parejas…
Harry: -la miré horrorizado- ni se te ocurra- le advertí, consciente de que era capaz de hacerlo.
Tu: Lo voy a pensar- volvió a reír, cuando se me escapó un suspiro de alivio-. Sos tan raro, eh.
Harry: Ah, porque vos sos re normal bailando a la mitad del parque- me defendí, abrazándola con fuerza por la cintura.
Tu: Es que hablando de lo loco que estabas, me acordé de esa canción y… ¡bueno! Hay que disfrutar del día lindo, ¿verdad?- explicó, como si fuera lo más normal del mundo.
Harry: _____(Tu nombre)- fingí seriedad-, hace un frío de la puta madre. ¿A qué llamás vos un día lindo?
Tu: Bueno, ta. Hay verle el lado positivo a las cosas- contestó, como una niña. Lo cual me dio unas increíbles ganas de besarla. Pero, estamos en un espacio público. Mierda.
Harry: ¿Sabes? Odio no poder besarte en público- me quejé, sin poder evitarlo. Es frustrante-. Me siento como un alcohólico encerrado en una habitación llena de whisky, sin poder darle ni un mísero trago a todas esas botellas.
Tu: -enarcó una ceja- ¿me estás diciendo que soy como un whisky?
Harry: -sonreí- de los buenos.
Tu: Ah, genial, por lo menos soy un tipo de alcohol de buena calidad- bufó, rodando los ojos. La abracé con más fuerza, riendo.
Harry: El mejor de todos los whiskys. De todos los vinos, las cervezas, los tequilas…
Tu: Oye, deja de compararme con una botella de alcohol, ¿quieres?- me preguntó divertida, correspondiendo a mi abrazo-. Me estás asustando.

Riendo, juntamos nuestras cosas –una gran manta, los tápers (recipientes, bowls, no sé cómo les dicen en su país) en dónde habíamos guardado sándwiches de jamón y queso para el almuerzo, y tiramos las latas vacías de refresco. Una vez listos, comenzamos a caminar hacia una de las salidas del parque, donde había estacionado el auto –no es necesario aclarar que ______(tu nombre) es la vagues en persona, ¿verdad?).

En pocos minutos llegamos a la salida del parque, y para qué.

*****: ¡Eh! ¡ALLÍ ESTÁN!
*****: HARRY, HARRY, TE AMO.
******: UNA FOTO, HARRY.
******: DEJA A ESA PUTA, YO SOY MEJOR.
******: ¿QUIÉN ES ESA TROLA? SOLO QUIERE TU DINERO, HARRY. ¡TE AMO!

No pude evitar reaccionar ante ese grito. Siempre nos dicen que por más que nos insulten en público, no debemos hacer caso, porque nos da mala reputación… La reputación un carajo. No voy a permitir que insulten a ______(tu nombre).

Me giré, dispuesto a cuestionar a quién fuera que haya sido el pelotudo, pero obviamente todos gritaban. Allí había de todo: fans y reporteros. Me limité a enseñarles mi dedo medio y a empujar a _____(tu nombre) por la espalda para que avanzara, porque parecía un poco shockeada. Estúpidas cámaras, ella no tiene la culpa.

Siguieron gritándonos unas cuantas cosas más, hasta que llegamos al auto. Metí a ______(tu nombre) en el asiento del copiloto y, tras cerrar la puerta, me subí yo en mi lugar, prendiendo el motor y obligando a que la gente que se había aglomerado al nuestro alrededor se moviera. Con el camino libre, arranqué, saliendo rápidamente de allí.

Harry: Oye, ______(tu nombre)- la llamé, preocupado porque no hubiera dicho ni una palabra desde que nos fuimos. Ella no es de las que se callan.
Me miró un poco raro, y volvió su vista al frente.
Harry: Hey, ¿estás bien?- preocupado, intenté localizar un lugar en donde estacionar. Pero al ser una avenida transitada, no tenía muchas opciones-. Lamento eso, no…
Tu: Estoy bien, solo un poco mareada por tantos flashes- me aseguró, restándole importancia. Maldecí en voz alta.
Harry: Créeme, no sé cómo se enteraron de que estábamos allí… Si no, no te hubiera llevado, pero…
Tu: No seas boludo, no podías saberlo. Además, hay que vivir la vida con adrenalina, ¿no?- comentó graciosa, dando por zanjado el tema. Sonreí, feliz de que entendiera.

A veces me molestaba todo eso de no tener privacidad. De no poder salir tranquilo, sin la certeza de que me reconocerían o no. Es decir, las experiencias que teníamos con las fans en la calle eran geniales, y en su mayoría divertidas. Pero _____(tu nombre) no está acostumbrada a eso, entonces lo vuelve más estresante. Quizás, si se consiguiera a alguien que no tuviera que hacerla soportar todo eso, como… como…

Tu: ¡Drew!

Volteé rápidamente mi rostro hacia ella confundido, pero recordé que estaba conduciendo. Sí, todo un conductor ejemplar.
 Cuando volví a mirarla, estaba hablando por teléfono. ¿Con Drew?

Mientras la escuchaba hablar, no podía evitar sentir celos. Lo cual me molestaba, porque Drew es un amigo. Es un buen pibe, y ellos se conocen desde chiquitos, según tengo entendido. No debería estar celoso. Punto.

Tu: -rió- Basta, no seas idiota… ¿Sí? Yo creo que no… -volvió a reír tontamente. ¿Por qué se reía? Dios. –No… Es decir, no lo sé. Me encantaría, pero… -noté su mirada fijarse en mí. –Am, Harry… -enarqué una ceja, indicándole que la estaba escuchando- ¿te molesta si salgo hoy con Drew? Porque está aburrido y bueno, ya sabes… Sí?- evité rodar los ojos, y asentí como si no me importara. Las pelotas. -¡Genial! Oye, puedo- supuse que le estaba hablando a Roy (apellido de Drew, chicas). –Nos vemos luego, ¿ok? Un beso- y cortó.

No me dio tiempo de decirle nada, porque ya habíamos llegado a casa –a su casa. O a la casa de mi padre. No lo sé, ustedes entienden-. Luego de intercambiar unas pocas palabras, quedamos en que la llamaría. Me besó, y se fue.

Puse el motor en marcha, y regresé a la calle, dispuesto a llegar a mi casa. Y en eso estaba, cuando mi celular sonó. Resoplando, estacioné la camioneta a un lado de la calle y me fijé en la pantalla quién era: Gemma.

-INCIO VÍA TELEFÓNICA-
Harry: Gem- saludé, sin mucho entusiasmo. Amo a mi hermana, pero últimamente las noticas que me daba no eran muy buenas que digamos.
Gemma: Hazz, ¿te pasa algo? Te noto raro- preguntó, preocupada.
Harry: No, nada, me duele un poco la cabeza- mentí-. ¿Todo bien?
Gemma: Bueno, sí, más o menos… -ahí vamos otra vez.
Harry: ¿Y ahora qué le pasó?- bufé, poniendo los ojos en blancos. De verdad estaba harto ya de todo esto.
Gemma: Bueno, tampoco lo digas así. No tiene la culpa de todas las desgracias que le pasan.
Harry: ¿Y yo sí?
Gemma: No, pero podrías mostrarte un poco más comprensivo, ¿no?- me reprochó, en papel de madre. Lástima que ella no es mi madre, ni yo soy comprensivo con este tema.
Harry: Como sea, Gemma. ¿Qué quieres?
Gemma: Lo que hablamos ayer. Me gustaría que lo pensaras, aunque sea dos segundos, Hazza.
Harry: Ya te dije lo que pensaba, y es no.
Gemma: No seas así…
Harry: No estoy siendo de ninguna manera. No entiendo por qué no puede buscarse a alguien más. ¿No te das cuenta? Intenta meterse en nuestras vidas, o en la mía al menos.
Gemma: -escuché como soltó un resoplido de frustración-. ¿Sabes? Mamá siempre nos enseñó a no darle la espalda a los demás. Bueno, este es uno de esos momentos, Harry.
Harry: -reí amargamente-.  ¿Es joda, Gemma? Estoy segura de que lo que menos le importa es si le doy mi espalda, mis brazos o mi pene. Te tengo que dejar. Adiós-. Y corté, furioso.
-FINAL VÍA TELEFÓNICA-

-Final de su narración-

-Narrador omnisciente-

Harry Styles condujo las pocas cuadras que lo separaban de la casa que compartía con dos de sus mejores amigos, Louis Tomlinson y Liam Payne. Necesitaba hablar urgentemente con Louis –él estaba al tanto de lo que estaba pasando, y por lo tanto, era el único que podía entenderlo-.

Una vez allí, tiró con furia las llaves de su auto al sofá, y se desplomó en él, impotente.

Louis: ¿Liam? ¿Eres tú?- quiso saber, gritando para que su voz se pudiera escuchar, estando en el piso de arriba.
Harry: Soy yo, Harry- anunció el ojiverde, aún recostado en el sillón de cuero enorme que habían comprado los tres por internet. La gran compra de su vida, bromeaban ellos siempre que podían. Fue la primera compra en la que participaron los tres juntos para la casa que compartían, de manera que había pasado a ser un recuerdo agradable.


Louis: Ahí voy- respondió en seguida, y en pocos segundos llegó a la planta baja, donde se encontraba su amigo-. Bro, ¿qué pasó?- se preocupó en seguida, al ver la cara de este. A pesar de conocerse hace no mucho tiempo, podía interpretar a Harry como si hubiera crecido con él. Tenían una amistad muy fuerte, única.
Harry: ¿Qué pudo haber pasado, Louis? La misma mierda. Ya sabes.


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Chicas, acá va la segunda parte del maratón. Todavía falta uno más. Espero que les esté gustando. ¿Entienden algo de lo que está hablando Harry? Porque la idea es que no sepan nada todavía. En fin. Sigan leyendo, y comenten por favor. Las adoro!!
PD: ¿A alguien le gusta Casi Ángeles? Díganme que se emocionaron con esa canción, jajajajja. Los amo, re fueron mi infancia. Cris Morena marcó mi vida, ah. Ta, nada, sigo con la nove.