MARATÓN, PARTE 3/3.
-Fin de su narración-
-Narras
Tú-
(Nota: A partir de ahora, o sea,
estando con Drew, todo lo que digan lo van a hacer en español. A no ser que yo
aclare ¿sí? Porque los dos hablan español, obviamente. Nada más, era eso. Sigan
leyendo(: ).
Según
Drew, me pasaría a buscar por casa en media hora. Pero, su puntualidad siempre
había sido media chota… A sí que decidí darme un baño rápido antes de que
llegara. Principalmente para sacarme el frío, porque hoy Londres estaba helado.
Lo normal, claro, estando a unos pocos días de fin de año.
Estaba
enjabonándome con mi jabón favorito, con aroma a jazmines y almendras, cuando
oí el timbre sonar. ¿Ya llegó? Bueno, que espere. Hay confianza, y necesito
terminar mi baño.
Segundos
después, mi celular, que había quedado sobre el wáter (innodoro, donde haces
pis, etc), comenzó a sonar con We are who
we are, de Kesha, canción que había puesto de rington para Drew. Alcancé a
estirar mi brazo y tomar el bendito teléfono, y atendí.
-INICIO VÍA TELEFÓNICA-
(En
español)
Tu:
Hey- saludé, con la cabeza aún fuera de la ducha para que no se me mojara el
celular. ¿Ven? A veces me da la mente…
Drew:
¿Qué es ese ruido?- preguntó confundido, de seguro por haber escuchado el ruido
del agua que seguía cayendo a mis espaldas.
Tu:
Estoy en la ducha. ¿Estás afuera?
Drew:
Sip.
Tu:
Ok, báncame dos minutos que te bajo a abrir- pedí, y corté.
-FINAL VÍA TELEFÓNICA-
Apoyé
el celular nuevamente sobre el wáter, y dejé que el agua se llevara los restos
de jabón que quedaban en mi cuerpo. Apagué el agua y me envolví rápido con una
toalla, no sin antes calzarme en mis hermosas pantuflas (zapatillas, slippers,
tipo el calzado que te ponés para andar en casa, no sé, que son de pijama.
Supongo que saben lo que son), y bajé para abrirle a Drew.
(En
español)
Tu:
Feo- lo saludé de cariño, una vez que abrí la puerta. Entró sonriendo, y me
abrazó. Lo cual no fue muy buena idea…
Drew:
Wow wow wow wow- se separó en seguida de mí, al notar que estaba completamente
mojada. Sus ojos recorrieron rápidamente mi piel mojada descubierta, lo que
hizo que me sonrojara levemente-. Estás ¿mojada?- dijo lo obvio, dudoso, sin
quitar sus ojos de mí.
Tu:
-bufé, intentando bromear. Me estaba poniendo nerviosa tanta miradita-. Sabes,
eso es lo que ocurre cuando uno se baña… Te mojas. Aunque claro, si mal no recuerdo,
no eras muy fanático de la higiene cuando éramos pequeños… supongo que eso no
cambió, ¿no? ¿Sabes que hay que utilizar agua y jabón?
Drew:
-rió fuertemente, volviendo a posar sus ojos en los míos, como una persona normal-.
Y supongo que tu tampoco cambiaste eso de hablar mucho cuando te pones
nerviosa- bromeó, haciendo que mis mejillas adquirieran un color carmesí
nuevamente, pero mucho más intenso.
Tu:
Ignoraré esa última parte, y me iré a vestir ¿ok?- sin esperar una respuesta
por su parte, me di media vuelta, consciente de que su mirada no estaba en mi
empapado cabello precisamente, y me apresuré a alcanzar la escalera.
Ya en
mi cuarto, decidí ponerme esto:
No
quería hacerlo esperar, así que me vestí rápido, y luego de maquillarme un poco
y secarme el pelo, bajé. Veinte minutos, todo un récord viniendo de mi parte.
Wow.
Al
llegar al living, me encontré a mi morocho amigo despatarrado en el sillón,
viendo muy concentrado nada más ni nada menos que Las Tortugas Ninjas. Okay.
No
pude evitar soltar una fuerte carcajada, haciendo que despegara los ojos de la
tele y me mirara confundido.
Drew:
¿Qué, de qué te reís?- preguntó, sin darse cuenta. Me limité a señalar la
pantalla, y aún riendo, fui a sentarme a su lado. Su expresión pasó a ser
comprensiva, y sonrió ampliamente.
Tu: No
me digas que seguís viendo ese programa choto- comenté, divertida.
Drew:
Ay, por favor- se cruzó de brazos, enarcando una ceja-. ¿Me vas a decir que vos
no seguís mirando Bob Esponja? Amas ese dibujito. Y ese sí que es pedorro, no
como mis tortugas- repuso, mirándome con sorna. Bueno, ta. Si, lo sigo mirando,
¿y? Bob comanda a todos.
Tu:
Eso es información confidencial- evadí el tema, poniéndome de piel. Vi como
negaba con su cabeza divertido, y me imitaba. Tomé mi bolso, que aún descansaba
en la butaca del pasillo, y ambos nos aproximamos a la puerta-. ¿Y bien? ¿A
dónde me llevas?
Drew:
Hasta el fin del mundo, enana- me guiñó un ojo jodiendo, y abrió la puerta,
saliendo a la fría tarde de Londres.
Puse
los ojos en blanco, sonriendo ante sus boludeces, que por años había creído
incapaz de volver a escuchar, y lo seguí hasta su auto, dispuesta a recuperar
el tiempo perdido. Lo sé, algo imposible, después de seis años. Pero ya saben
lo que dicen, la noche es larga, ¿o no?
(Horas
más tarde)
Drew:
Te juro que es la última vez que elegís vos la película- me informó en voz
baja, sentado junto a mí en la última fila de la sala del cine.
Tu:
Ta, boludo. No es tan mala- me
defendí, aunque tenía razón. Era una mierda. Empezando porque la protagonista
se llamaba Margaria. ¿Quién, en una película de amor, se llamaría Margaria? Es
como llamar a un gato, Nemo. No tiene sentido. Y ni siquiera sé si ese nombre
existe de verdad.
Drew: ¿Qué
no es tan mala, decís? Lo único que hacen es comerse la boca como sapos. Ni
siquiera saben besar. Es decir, míralos nada más… Y entre el Jonh ese y Robert,
no sé cuál es peor. La mina es más fea que lechuga en los dientes.
Tu:
Bueno, che, hablo Mr. Ganador- me burlé, aunque entiendo su punto. No digo que
la loca esta tenga que ser hermosa, pero, si no es muy bonita, la personalidad
siempre sirve, en cualquier caso. El problema acá era que la tal Margaria era
re idiota. En serio.
Drew:
Obvio- me seguró, canchero-. Más que vos, seguro que gano, enana.
Tu:
-enarqué una ceja, divertida- ¿sí? No me digas- repuse, sarcástica.
Drew:
Espera- me dijo, con una cínica sonrisa en la cara, y comenzó a rebuscar algo
en su bolsillo derecho trasero. A los pocos segundos, sacó una pequeña
libretita de espiral, y la balanceó delante de mis ojos.
Tu:
¿Qué es eso?- pregunté extrañada, estirando mi mano para alcanzarla. Sin
dejarme siquiera tocarla, la retiró y volvió a guardar en su bolsillo.
Drew:
Eso- comenzó a explicar, orgulloso- es una lista de todas las chicas con las chicas
con las que he estado.
Tu:
¿Es joda?- pregunté, riendo ante su idiotez.
Drew:
Bo, no te rías- se quejó, aunque terminó riendo conmigo.
Tu:
Luego quiero ver eso- dije, y no era una pregunta. Lo iba a ver, sentía mucha
curiosidad por saber el número de minas con las que estuvo Drew. Y lo que me da
gracia es saber que ya desde pendejo era así: todo un mujeriego.
El
resto de la película la pasamos hablando de cosas banales, lo que hizo que el
tiempo pasara más rápido. Por suerte, porque Margaria me tenía harta.
Luego
de la película fuimos hasta Mac Donald’s. Me pedí una Big Mc con el combo
grande, y Drew dos Cuarto de libra con queso y dos Mc Fiesta con papas y coca
cola también. Ya veo que su apetito no cambió para nada. Igualito a su primo.
Después
de cenar, decidimos volver a casa. Ya había llamado a mamá, y esta accedió a
que Drew se quedara en casa. Es decir, no le dije que era él. Le metí que iría
Niall a dormir. ¿Por? Mi madre lo conocía desde bebé, y quería darle una
sorpresa.
Ya
eran las nueve y algo de la noche, por lo que supuse que mamá y Des estaban en
casa. Entramos, y comencé a llamar a los gritos a mi madre.
Finalmente,
luego de algunos pocos minutos, bajó, confundida. Digo, no es como si cada vez
que yo llegara a casa le avisara gritando. Difícilmente intercambiábamos más de
tres palabras en la semana. En fin.
Quien
me dio la vida se acercó a nosotros, aún sin entender lo que estaba pasando, y
por lo visto, sin reconocer a Drew. Aún vestía la típica ropa que se ponía para
trabajar: un traje Channel clásico. Esta vez, era azul claro, acompañado por
unos tacones negros bastante altos. Adiviné que recién había llegado.
Tm:
Hija, ¿qué sucede?- preguntó, mirando con desconfianza pero educación a mi
amigo, todavía un extraño para ella.
Tu:
Am, nada, quería que saludaras a mi amigo- dije, tranquila. Drew solo mantenía
una sonrisa educada en el rostro, a sabiendas de que mi madre no tenía idea de
que era él.
Tm: ¿Y
cómo se llama tu amigo?- inquirió, inspeccionándolo de arriba abajo. Bien, recuérdenme
no traer personas desconocidas a casa la próxima vez. Lo está mirando como si
pudiera sacarle rayos láser, no sé. Que incómodo.
Drew:
Mi nombre es Drew. Drew Roy- le informó, sonriendo ampliamente. Por un momento,
mi progenitora no pareció haberse dado cuenta de lo que acababa de oír.
Volvió
a mirarlo fijamente, parpadeó, y un oh
se escapó de sus labios.
Tm:
¿D..Drew?- me miró a mí, y luego nuevamente a él- ¿Ese Drew?
Tu: Ese
Drew- le confirmé, divertida. Mamá no tardó en abrazarlo fuertemente y no sé
cuantas muestras de cariño más. Ay, por favor, me va a dejar pegada.
Tu:
Bueno, ta, má, soltalo…- pedí, al ver que lo estaba estrangulando más o menos.
Él, sin embargo, solo sonreía ampliamente, como de costumbre.
Tm:
-me hizo caso, y a duras penas quitó sus manos del pobre chico- ¿y cómo es que
estás aquí?- preguntó, confundida. Alcancé a divisar humedad en sus ojos. ¿Iba
a llorar? Jodeme que estaba llorando por este boludo. Las madres y sus cosas.
Tu:
¿Ubicás a Niall?- pregunté, solo para cerciorarme. Difícilmente podría
olvidarlo. Pasaba más tiempo en nuestra casa que en la suya-. Bueno, ellos son
primos.
Tm:
¿De verdad?- preguntó incrédula. ¡Ven! El mundo es demasiado chico-. Wow, que
agradable coincidencia.
Drew:
Lo sé. Cuando me encontré con _____(tu nombre) ayer no podía creerlo. Es decir,
tenía la esperanza de volverla a ver en algún momento, pero, ¿aquí en Londres?
¿Y por mi primo? Es tan extraño.
Tm:
-asintió, totalmente encantada de que estuviera aquí- yo creo que es el
Destino, ¿quién dice que no?
Bien,
paremos esto antes de que empiece con sus divagaciones divinas y astrológicas.
Tampoco es como que no vaya a espantar al pobre chico.
Tu:
Si, bueno… ¿Llegó Des? Así lo saludo- dije, para cambiar de tema. Asintió, y,
caminamos los tres juntos al living, donde estaba el padre de Harry leyendo el
periódico.
Al
sentir nuestros pasos, alzó la vista, sonriendo tal y como lo hace su hijo.
Des:
______(tu nombre), hola- me saludó alegre, parándose a darme un beso. Le sonreí
a su vez-. ¿Y este quién es? ¿Tu novio?- no pude evitar sonrojarme ante esa
pregunta estúpida. Rodeé los ojos, y me dispuse a presentarlos.
Tu:
Este es Drew, un amigo- enfaticé esa última palabra. Ambos estrecharon sus
manos, educadamente-. Vamos a estar arriba- anuncié, dispuesta a salir de allí
cuanto antes, y tomé la mano de Drew, llevándolo conmigo. Tanto interés fraternal
me pone de los nervios.
Lo
llevé hasta mi cuarto, y apenas llegar, se desplomó sobre mi sillón.
Drew:
Tu madre sigue estando igual que siempre- comentó, una vez que yo hice lo mismo
pero en mi cama.
Tu:
Charlatana y pesada…
Drew:
Iba a decir amable y encantadora, pero bueno- ambos reímos-. ¿Y ese tipo, quién
era?
Tu:
Ah- comencé, y me encontré contándole todo lo que había pasado en los últimos
dos meses. El por qué estaba viviendo en Londres, quién era el novio de mi
madre, sobre los chicos, sobre mis amigas, sobre Harry… Si, estuve un rato largo
hablándole sobre él.
Cuando
terminé con toda la historia, lo primero que atinó a hacer fue soltar un largo
y armonioso silbido.
Drew:
Bien, tu sí que tienes una vida complicada- comentó, finalmente. Sonreí,
lanzándole un almohadón por la cabeza-. ¡Hey! ¿Y eso por qué?- se quejó, acomodándose
el cabello.
Tu: No
lo sé, fue un impulso- me encogí de hombros, divertida.
Drew:
¿Sí? Ahí te va otro impulso- y, como era de esperarse, un almohadón aterrizó
con fuerza en mi cara. No dudé ni un segundo, y le lancé otro a su vez. Él hizo
lo mismo, y terminamos en una pelea de almohadas, tal y como lo hacíamos en
nuestra infancia.
Tu:
Bien… Ya… Basta- pedí, agotada por la risa y el esfuerzo, mientras me dejaba
caer sobre mi cama, tendida boca arriba.
Drew:
Eso…Fue… Divertido- me imitó, desplomándose a mi lado.
Tu: Sip..
Como cuando…- no pude terminar de hablar, porque la puerta de mi cuarto se
abrió abruptamente. Apareció Gemma, quién, al vernos a Drew y a mí sobre la
cama, respirando agitadamente, frunció el ceño, divertida. Me enderecé en
seguida, imaginando que parecía cualquier cosa.
Gemma:
Lo lamento… No sabía que estabas ocupada- se limitó a decir, enarcando una
ceja. No pude evitar sonrojarme, a pesar de que sabía que no había hecho nada
malo. Y aunque no lo hubiera hecho, ¿qué le importa?
Tu:
No, no lo estoy. Pero te agradecería que golpearas la puerta antes de entrar-
respondí educada, aunque siendo consciente de que mis ojos no expresaban lo
mismo. Yegua.
Gemma:
Por supuesto. Luego hablamos- comenzó a girarse, cuando se detuvo, y volvió a
su antigua posición-. Oye, ¿sabe mi padre y Victoria que él está aquí?-
preguntó, inocentemente. Inocencia las pelotas.
Tu:
Si, saben- respondí, con una sonrisa cínica. Imitandome, se marchó, dejándonos nuevamente
a solas.
Drew:
¿Y esa quién era?- preguntó, mirando depravadamente la puerta. Lo golpeé en la
cabeza fuerte, pero en joda. O bueno, no tan en joda.
Tu:
-resoplé- Gemma. La hermana de Harry.
Drew:
Nunca me dijo que tenía una hermana ardiente- se quejó. Un comentario bien de
hombre. Son tan iguales.
Puse
los ojos en blanco, mientras caminaba hasta mi baño privado. Si, lo sé. Ese que
rara vez uso. Soy rara, ni me lo digan.
Mientras
Drew me hablaba sobre algo que no alcanzaba a escuchar, lavé mis dientes, me
despojé del maquillaje con toallitas desmaquillantes y até mi pelo en un moño
en lo alto de mi cabeza. Ya sé, gran aspecto para estar con un chico
completamente caliente en mi habitación. Pero lo bueno es que no tenía que
impresionar a nadie, y que para mi Drew no era como un hombre. Quitándole el
hecho de que está divino y que tiene pene, es algo así como una amiga para mí. Una muy rara amiga.
Volví
a irrumpir en mi habitación, encontrándome con una morena espalda partible en
trescientos veintisiete pedazos, desnuda de la cadera para arriba.
Bien,
¿y mi linda amiga donde quedó?
Tu:
Am, iré a vestirme a…- se volteó, lo que me ofreció una mayor vista de su
excelente estado físico. No pude evitar quedarme mirando su muy trabajado abdomen
por unos pocos segundos. Y aunque pocos, suficientes para que yo me diera
cuenta de que lo estaba observando como una acosadora sexual, y para que él
notara que me veía como una. Ups.
Enarcó
una ceja, lo que hizo que me sonrojara. Pero rápidamente me recompuse.
Tu: ¿Qué
me mirás así?- exigí, fingiendo indiferencia. Lo que provocó que su sonrisa se
expandiera, con un deje de gracia.
Drew: Acá
la única que miraba sos vos…- bien, de los 10 años que pasé con él, aprendí
algo. Si él puede jugar, yo también. Y juego el doble.
Tu:
Si, ya sabes, creo que te faltó mojarte un poco y conversar conmigo en toalla.
Eso seguro que hará que te mire- objeté, refiriéndome a cuando bajé a abrirle
recién salida de la ducha. Esbozó una sonrisa torcida, tan característica suya.
Drew:
No gracias, no me apetece nada que me violen- repuso, gracioso.
Tu: ¿A
vos, violarte? No te toco ni con un palo, querido- le aseguré, con
superioridad. Lo cual es sumamente cierto. Pero no de ese modo. Es decir, nunca
estaría con él. Es como mi hermano, crecimos juntos toda la vida. Pero eso no
viene al caso. ¿Por qué busco razones?
Drew:
Con el palo te toco yo a vos- lo miré con repugnancia; había olvidado que era
un asqueroso. ¿Lo era? No importa. Diu.
Tu:
Por tu culpa estoy imaginando cosas asquerosas en mi cabeza, idiota. Me voy a
vestir- dicho esto, caminé ofendida hasta el walk in closet, cerré la puerta y pasé la llave por si acaso. Mejor
prevenir.
Una
vez allí, busqué un lindo pijama para ponerme. Y con lindo, me refiero a
decente. Porque sí, se quedaría a dormir conmigo. Necesitábamos recuperar el
tiempo perdido lo máximo que pudiéramos. Lo que significa que me vería en
pijama. Y mis pijamas no eran muy normales que digamos… Ok, este está bien:
(Elijan uno)
Me
cambié, y volví a salir. Drew, al verme, rió. Lo miré feo, colocando mis manos
en mi cintura.
Tu:
¿El chiste?
Drew:
Lindo pijama- me señaló, risueño. Me limité a poner los ojos en blanco, a la
vez que una rebelde sonrisa se escapaba de mi dominio. Si, con Drew todas mis
sonrisas se escapan. ¿Qué onda? Uno no tiene derecho a sonreír cuando quiere o
qué.
Nos
propusimos mirar una película en mi laptop; la revancha de la mierda que vimos
en el cine. Pobre Margaria, si supiera…
Mientras
la película cargaba, aprovechamos para ponernos al tanto de nuestras vidas, y
le exigí que me mostrara su lista de chicas con las que había estado.
Obviamente accedió, muy orgulloso. Dios, si los chicos son todos igual de
pelotudos…
Creo
que estuvimos hablando por horas, sin darnos cuenta. Habíamos extrañado tanto
eso… Es decir, ¿pueden imaginárselo? Compartir diez años de tu vida con
alguien, que, de un momento a otro, se tiene que ir. No éramos los mejores
amigos, pero si éramos como hermanos. Cada uno hizo su vida, y luego de seis
años, volvemos a encontrarnos en el lugar más insospechado. Londres. ¿Y si no
hubiera viajado a Londres? ¿O conocido a los chicos, principalmente a Niall?
Nunca lo hubiera vuelto a ver. Que raras casualidades nos trae la vida, eh.
Ya
entrada la medianoche, nos pusimos a ver la película, tirados en la alfombra de
mi cuarto, con decenas de almohadones para darnos más comodidad. Esta vez, no
era una película de Barbie como cuando éramos chicos, pero la intención estaba
ahí. Y, entre escena y escena, nos quedamos dormidos. Como tantas veces, años
atrás.
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Hola mis amoressss. Acá termina el maratón. ¿Les gustó? Tipo, no pasaron muchas cosas, porque quería que fueran viendo sobre la relación de rayita y Drew, y sobre eso que Harry no explica, y ta, esas cosas. Si prestaron atención a los detalles, en los próximos capítulos van a entender muchas cosas. Y nada, justamente eso: a partir de ahora se viene lo interesante. Este maratón sirvió para ir metiendolas en el tema. Espero que les haya gustado :)) Y, como notarán, el nombre de este útimo capítulo tiene que ver con los chicos. MIDNIGHT MEMORIES. I'm so excitedddddddd. Mierda.
En fin. Perdón a todas aquellas que me han escrito al ask y no he contestado, les voy a ir respondiendo. Y lamento la demora. Como también lamento que hayas chicas acá que sean desubicadas y maleducadas. O sea, todo bien, admito críticas y más cuando me demoro en subir capítulos por el motivo que sea. Pero no me metan bardo ni me insulten, porque me lo paso por el culo. Les aviso, para que no pierdan su valioso tiempo en mi. Porque es al pedo. Y si les molesto mucho, dejen de leer la novela. Así de fácil. Yo no las obligo a leer nada, y si lo hacen es porque quieren. Así que media pila chicas. La que tenga algún problema conmigo, me deja su fb, la agrego y hablamos de lo que sea que les esté molestando. Pero insultos anónimos me parece de lo más pendejo.
No tengo nada más para decir. Espero que les hayan gustado los capítulos! Y POR FAVOR, no olviden comentar y unirse al blog, en la parte de 'seguidores'. Es importante, para que el blog siga creciendo. Gracias :)
Las adoro, gracias por leer!!
Naty.