viernes, 28 de febrero de 2014

Capítulo final: "Love will remember" Primera parte.



You said you love me
I said I loved you back
What happened to that?
What happened to that?



Después de la boda, evité a cualquier ser humano que pudiera querer hablar conmigo. Especialmente, a Harry. Necesitaba tiempo para pensar qué exactamente iba a hacer, cuándo iba a hacerlo, y lo más importante, cómo.


Y buscando respuestas a las miles de dudas que tenía en mi cabeza, terminé con mi vestido de dama de honor sentada sola en un banco remoto del Hyde Park, frente a una fuente. ¿Qué linda manera de pasar el tiempo, verdad?


—¡Abuelo, abuelo, mirá! ¡Mirá! ¡No está volando! —alcé la vista, viendo cómo una niña de unos cuatro años corría alrededor de una paloma vieja, que al parecer no podía volar muy bien. Sonreí ante la imagen, preguntándome cómo sería ver a mi hijo o hija correr y gritar de la misma forma. 

Felicidades —giré mi cabeza hacia mi derecha, sobresaltada. El abuelo de la nena se había sentado al lado mío, y me sonreía, mirando de reojo mi abdomen. No me había dado cuenta, pero una de mis manos estaba reposando allí. Acunando a mi bebé.

Sonreí, nerviosa. —Eh, no, no… —suspiré. ¿Para qué negarlo?— Gracias.
Asintió, sonriendo, y miró hacia el frente, donde su nieta seguía corriendo atrás de la palomas. —Un hijo es una bendición, chica —comentó, como quien no quiere la cosa, aún mirando al frente.
Volví a superar. —Ahora mismo, no siento que sea así.

¿En serio estaba hablando sobre mis problemas con un anciano completamente desconocido, a la mitad del parque?

Volví a mirar a la nena, quien de pronto se giró y nos saludó con una mano, sonriendo totalmente inocente y ajena a los problemas del mundo… 
Desearía ser así otra vez, y tener que preocuparme solamente por qué sabor de jugo elegir. ¿Naranja o durazno? O con qué juguete jugar hoy. ¿Mi muñeca o el monopatín? Lo haría todo más fácil.

—¿Nunca le pasó…? —me detuve por unos segundos, pensando en lo ridícula y fracasada que estaba siendo. —¿El saber que, haga lo que haga, no hay una opción correcta? ¿Saber que de todas maneras, va a tomar una mala decisión?

El tipo tardó en responder, hasta el punto que pensé que no me había oído. O simplemente había elegido ignorarme. Es decir, ¿a quién mierda le interesarían los problemas de una estúpida adolescente?


—Es curioso —comenzó, rascándose la barba, con sus ojos todavía en su nieta. —El otro día, mi nieta mayor, que tendrá tu misma edad, me hizo ver con ella una película, y hablaba justamente de eso—. Se calló, y esperé a que continuara. —¿Qué pasa si tienes que tomar un camino, y no existe la opción correcta? ¿Qué harías? —esta vez, me miró. Tragué saliva, empujando las lágrimas que amenazaban a derramarse sobre mirostro. 

Definitivamente, no estaría llorando frente al viejo.

—No lo sé —susurré, mirándome las manos.
—Bueno, a veces tienes que decidir entre cuál cosa es más incorrecta. Y qué estás dispuesta a sacrificar.

Asentí, luchando con todas mis fuerzas para que las lágrimas permanecieran en su lugar.

Un rato después, mejor dicho, un largo silencio después, la nena vino a pedirle a su abuelo un helado. Antes de irse, se dio la vuelta, de la mano de la niña, y me dijo, sonriendo.

—Recuerdo una vez, hace muchos años, cuando yo tenía 10, el ejército fue al campo, a mi casa, a reclutarme, y mi madre no dudó en esconderme en un pequeño sótano atrás de la estufa. Estuve allí por cuatro días, mientras mamá estaba detenida y vaya a saber qué más… manteniendo la mentira de que me había perdido en el bosque y no había vuelto hacía ya tres semanas. Me dieron por muerto, y la dejaron volver. ¿Sabés qué fue lo que me dijo la noche en que volvió…? —negué con la cabeza, esperando a que continuara—.“Una madre haría cualquier cosa por sus hijos”. Nunca lo olvidé.

Y, tras dedicarme una pequeña sonrisa cómplice, se fue, de la mano de su nieta.

Y me quedé otra vez sola, pensando en toda la mierda que tenía que hacer.



-Un día más tarde-


Mamá y Des se irían hoy a las Bahamas por su luna de miel, y mientras todos se despedían en el piso de abajo, yo seguía escondida en mi cuarto. Sí, escondida. ¿Se dan cuenta, no? Lo único que hice desde que llegué acá, a Londres, fue esconderme. Primero, escondía mis sentimientos por Harry. Después, siguió el esconder lo nuestro. Y ahora, me escondo de la realidad. De enfrentar las cosas. Patética, ¿no?

Pero, ¿qué puedo hacer? Discúlpenme, pero soy un ser humano. No puedo bajar como si todo estuviera bien, abrazar a Des y a mi madre, y decirles “Uh, sí, como que estoy embarazada de Harry y a punto de hacer la estupidez de mi vida. Uhm, ¿tengan un buen viaje y sean más inteligentes que nosotros y usen protección?” Definitivamente no tenía nada bueno para decir.


Alguien golpeó la puerta de mi cuarto, y me paralicé. Lo sé, estaba siendo estúpida y paranoica. Pero, ¿y qué? Estaba nerviosa. La noche anterior tuve náuseas y mareos, y no me sentía del todo bien todavía. Considérenlo una excusa, si quieren. Yo lo hago.

— ______, ¿estás ahí? —era la voz de Gemma. Suspiré.
—Er, sí. Ya bajo.
—Bueno, pero apurate que ya se van.


Esperé a que se fuera y conté hasta diez, antes de abrir la puerta. Estaba siendo paranoica, y si seguía actuando así, mi madre iba a sospechar algo. Ya saben, el sexto sentido de las mujeres y eso… No arruinaría su luna de miel.

Bajé las escaleras y me encontré a todos sentados en los sillones del living, hablando de cosas sin importancia. Harry fue el primero que me vio, y no tardó en sonreírme ampliamente, palmeando el lugar vacío a su lado. Fui hasta allí, intentando actuar lo más normal posible. Digo, sentarme al lado de Harry, mi novio, frente a su padre Des, mi padrastro… era un poco espeluznante. Un poco.


—¡Por fin! Te estábamos esperando me habló mi madre, alegre. No dejaba de estar así desde que faltaba una semana para la boda; me alegraba por ella.
—Perdón, estaba en el baño —mentí. Harry me miró en seguida, descubriendo la falsedad en mi voz. ¿Qué? Basta. Odio que me conozca tanto.
—No hay problema, cariño —intervino Des. —Ahora, Harry, ¿qué era eso tan importante que tenías que decirnos?

Lo miré, confundida. Que yo sepa, no me había contado nada… Bueno, tampoco es que hubiera podido. Había estado evitándolo un poco… Pero igual. ¿Qué cosa importante tenía para decir?

Me miró, confiado, antes de inhalar profundamente y sonreír con esa carismática sonrisa suya de “me gano a todo el mundo”. Lo cual me dio más curiosidad.


—Bueno, quería que se enterarán antes de irse a su luna de mil. Ya saben, para poder hacer esto público de una vez por todas… —comenzó, y mi mente empezó a trabajar rápido. ¿De qué estaba hablando?
—¿Qué pasa, cariño? —quiso saber mi madre, interesada. Miré a Gemma, pero no me estaba mirando a mí. Tenía sus ojos sobre Harry, enormemente abiertos. ¿Qué pas…?
Mi novio suspiró, entrelazando sus dedos con los míos, sonriéndome. Antes de que pudiera procesar todo esto, habló. —______(tu nombre) y yo estamos juntos.


Me tuve que obligar a respirar nuevamente. 

No, no acababa de hacerlo. Por favor, no.


—Imagino que no estarás hablando en serio —fue la respuesta de mi madre, luego de varios segundos en completo silencio. Yo solo podía mirar Harry, incrédula. ¿En serio esto estaba pasando?
—Hablo completamente en serio —respondió éste—. Estoy enamorado de tu hija, Vicky.


Eso solo sirvió para que mi madre se levantara del sillón, y comenzara a caminar de un lado a otro de la habitación, repitiendo obviamente mil maneras sobre cómo esto era un error. Des intentaba calmarla, sin dejar de lanzarnos miradas de desconcierto y enojo. 

Gemma, se había limitado a susurrarle a Harry un “¿estás loco?”.

Yo simplemente no podía hablar.


—Si esto es una maldita broma, Harry… —empezó a decir Des, hasta que su hijo lo interrumpió.
—¡No lo es, papá! Somos novios. ¿Verdad, ______? —y ahí es cuando me tocaba hablar. Mierda.
—Am…—dudé, simplemente porque mi mente aún estaba procesando todo esto. Todo se había ido a la mierda, definitivamente.
Harry me ignoró y siguió hablando. —La amo, papá. Vicky, sé que estás preocupada, pero nunca la lastim…
—¡¿Preocupada?! —prácticamente le gritó mi madre—. ¡Me casé con tu padre! ¡Ahora ella es tu hermana! 
Hermanastros —la corrigió Harry en voz baja, ganándose una mirada fea por parte de su padre.
—¿Cómo pensás que va a afectar esto a tu carrera? ¿A la banda?
—No tiene nada que ver una cosa con la otra —se defendió su hijastro, parándose también. Yo me quedé sentada, sin saber muy bien qué hacer. O bueno, sí. Pegarle una patada en los huevos a Harry, por haber empezado esto. ¿Qué mierda le pasó por la cabeza?
—Vicky tiene razón, Harold —habló su padre. Bien, mierda. Lo acababa de llamar Harold. Las cosas se están poniendo serias acá—. Lo único que va a traer este estúpido enamoramiento de adolescentes va a ser problemas —nunca había visto a Des estar tan serio y molesto. Mierda.
—¡No es un estúpido enamoramiento! ¡¿No lo entienden?!
—Basta —zanjó Des, mirándolo fijamente—. No quiero discutir esto.
—Sí, bueno, yo tampoco. Sólo quería contarles lo que está pasando —ironizó su hijo amargamente. Se acercó nuevamente hacia mí, y estiró su mano, buscando la mía. La tomé, sintiéndome estúpida e indefensa. Es decir, odiaba esto y a Harry por haberme dejado fuera, pero más odiaba que mi madre y su esposo estuvieran hablando de nuestra relación como si fuera una mierda. 


Vi cómo Des le susurraba algo a mi madre, haciendo que se relajara. Aún así, no dejaba de mirarnos con enojo, con decepción. ¿Es joda? 


—No quiero seguir discutiendo esto, hijo —noté cómo mi madre se dirigía hacia las maletas que habían dejado en una esquina de la sala y tomaba su bolso luego de ponerse su abrigo—. Vicky y yo nos vamos a ir a nuestra luna de miel, y cuando volvamos…
—Quiero que se olviden de esta cosa tan estúpida. ¿Me escucharon? —finalizó ella, mirándonos únicamente una vez a cada uno, severamente. 
—Victoria, no podés pedirnos eso, nosot…
—Basta, Harry. No quiero oír nada más sobre el tema. Ustedes dos no tienen permitido estar juntos, y se acabó.
—¡Están siendo exagerados! ¿No lo ven? ¡Ni siquiera nos están dando una buena razón!
¿Una buena razón, Harry? —habló tranquilamente mi madre, mirándolo con ojos fríos—. Son hermanastros. Esto no es Sudamérica, acá la gente te juzga hasta por estar despeinado. La sociedad no vería bien que dos hermanastros salgan juntos. Somos una familia ahora. ¿Cómo pensás que eso pueda afectar a tu carrera? Tenés una imagen que mantener. Millones de niñas que sueñan con casarse con vos; no podés simplemente decirle echar todo por la borda. Y mi hija no vive acá, ¿te acordás? Vino a pasar las vacaciones. Se va a ir, y no la vas a ver por un largo tiempo. ¿Y? ¿Qué pensás hacer con eso? No podés irte con ella a ______(tu país) porque tenés conciertos, giras, presentaciones. Tenés responsabilidades. No van a poder mantener una relación a distancia, porque vas a estar muy ocupado firmando autógrafos. ¿Es que no lo ves? Nada bueno va a salir de esto. No lo intenten, porque no tiene un final feliz.


Sentía mis ojos acuosos, y unas ganas espantosas de llorar se acumularon en mi pecho. Lo peor de todo era, que tenía razón. Muy en el fondo ambos sabíamos eso, ¿o no? Pero igualmente, oírlo de la boca de otra persona duele. Más si es tu propia madre. 


—Que tengan un buen viaje —me limité a decir.

Corrí escaleras arriba, ignorando la voz de Harry llamándome. Sólo quería llegar a mi habitación y llorar y putear contra la almohada a todo el mundo. 

Dicen que los embarazos te hacen más sentimental… Bueno, no voy a ser una embarazada diferente. Voy a llorar hasta que me aburra. Y voy a odiar por los próximos minutos a Des, a mi madre, y definitivamente voy a odiar a Harry. Y después, planear bien lo que iba a pasar a continuación.



-Horas más tarde-


Abrí los ojos, sintiendo mi cabeza más pesada y molesta de lo normal, debido a las lágrimas que había derramado antes. No sé en qué momento fue, pero caí dormida. 
Y ahora tenía a Harry abrazándome acostado a mi lado.


—¿Qué hacés acá? —exigí, enderezándome. Tenía la voz un poco ronca por llorar, y definitivamente la cara hecha mierda. Lo que menos quería era lidiar con esto ahora.
—¿Eh? —preguntó, parpadeando, elevando un poco la cabeza. Supuse que se había quedado dormido, también.
—Quiero que te vayas, Harry.

Ahora sí, estaba despierto completamente. Se sentó en la cama, a mi lado, mirándome confundido.

—¿Por?
—Porque sos un tarado, ¿por qué más va a ser? —le espeté, mirando la pantalla de mi celular. Un mensaje de Drew. 

«¿Puedo ir a tu casa ahora? Tengo que hablar contigo. Xx»

—¿Estás enojada por lo que pasó con nuestros padres? —una vez haberle enviado un "ok" a Drew, dejé el celular de nuevo en la mesita de luz, para volverme y mirarlo con la mejor cara de orto que pude. ¿Y todavía preguntaba?—. Bueno, ¡perdón! 
—¿Perdón? ¿Me estás jodiendo, Harry? ¡Me podrías haber avisado!
—¡¿Y cómo mierda querías que te avisara?! ¡Me venís ignorando hace días!
—¡Me hubieras mandado un mensaje!

Salió de la cama, y con movimientos bruscos se puso el buso y la campera que tenía antes. Después, se volvió hacia mí, mirándome ensombrecido.

—¿Sabés qué? Disculpame –habló con sorna—. La próxima vez te lo escribo en un tweet.

Y sin más, salió de la habitación, cerrando la puerta con fuerza. 

No sé qué fue lo que me impulsó, o si era mi cerebro reprogramándose, pero me bajé de la cama y lo seguí. 


—¡¿Podés esperar?!- le exigí, bajando lo más rápido que podía la escalera. Él ya estaba parado a lado de la puerta de salida, sacando las llaves del auto del bolsillo de su pantalón. Al oírme se dio la vuelta; estaba enojado. O… no, algo diferente. Más bien, decepcionado. 
—No, no puedo. Me cansé de ser el perro.
—¿El perro? —repetí, irónica. Sabía a dónde iba esto, y no era bueno.
—¡Sí, el perro! ¡El que va siempre atrás tuyo, el que se banca tu malhumor, tus escenitas, tus secretitos, tu egoísmo…! ¡¿Sabés que estoy podrido?!
—¿Yo, egoísta? ¿Acabás de insultarme? Andate a la mierda Harry, sos un pendejo. Estás mal porque tu papito te rezongó, ¿verdad? —me burlé, con voz agria. En respuesta, miró al techo, apretando los puños.
—Lo que no entiendo es por qué mierda no pensás en mí. Nunca.
—¡¿Qué no pienso en vos?! —repetí, atónita. Parecería como si no pudiera dejar de imitar lo que decía.
—¡Si pensaras en mi no me estarías dejando afuera como lo hacés ahora! ¡A mi también me putearon por lo nuestro, ¿sabías?!
—¡¿Y de quién fue la culpa, tarado?! ¡¿Quién fue el que ni siquiera se dignó a consultarme por un puto whatsapp lo que quería hacer?!
—¡Perdón por no darme cuenta que nuestra relación se basaba en estúpidos mensajes de texto!
—¡¿Relación?! ¡¿Llamás a esta mierda una relación?!

En lugar de responderme, me miró fijamente, y supe que estaba terminado. No discutiríamos más. Porque un segundo después, estaba fuera de la casa. 

Y las estúpidas hormonas alteradas de mi embarazo me hacían llorar una vez más.




¿_______? ¿Qué pasó? —preguntó alarmado mi mejor amigo de la infancia cuando le abrí la puerta. Supongo que mi estado no era el mejor... Con seguramente rastros de maquillaje corrido por mi rostro. Toda una lady.
—Harry. Harry me pasó.


Después de darme un largo y sentido abrazo en la entrada de mi casa, sentí que todo, por un instante, podía estar mejor. Porque estaba con Drew, ¿no? Él siempre me había cuidado cuando éramos niños. Eso, de entre todas las cosas, no iba a cambiar.


Sin decir una palabra, me llevó a mi cuarto y me hizo sentar en la cama y esperarlo, mientras él iba a buscar algo a mi baño. A los pocos segundos salió con un paquete de toallitas desmaquillantes, y sentándose a mi lado en el borde de la cama, comenzó a retirarme los restos de maquillaje que me quedaban. Yo, no podía hacer nada más que mirarlo, sobrecogida. ¿En serio estaba haciendo esto por mí? En realidad, no lo merecía. Era una persona horrible y...

—No sos una persona horrible —susurró, pasando delicadamente el borde de una toallita por mi pómulo, mirándome a los ojos.
—¿Eh? —pregunté, confundida.
Sonrió, con esa enorme y perfecta sonrisa suya. —Estabas hablando en voz alta.
—¿En serio? —Dios, además de horrible era patética. ¿Qué más?
—Tampoco sos patética —me dijo, esta vez serio—. Dejá de insultarte.

¿Es en serio? Dios, péguenme un tiro.

—¿Estoy diciendo todo en voz alta?
—Sip. Creo que es porque estás cansada —comentó, tranquilizador. —¿Por qué no te ponés algo más cómodo mientras voy a buscarte una aspirina?
Asenti, mientras ambos nos poníamos de pie. Lo bueno, supongo, es que me había calmado y ya no lloraba. Aunque seguía sintiendo esa opresión en mi pecho. Pero con Drew cuidándome, simplemente me sentía más tranquila.

Tranqué la puerta de mi vestidor y revolví entre los cajones en busca de algún pijama decente. Ya saben, nada relacionado con conejitos o corazoncitos... Al final, decidí ponerme una remera bastante grande que le había robado a Niall -palabras suyas, no mías. Yo lo llamaría algo así como "tomar prestado"- que tapaba lo necesario, y unos bóxers -de mujer, eh. No le voy a andar robando ropa interior a mi mejor amigo, mentes pervertidas-. 

Cuando estuve lista salí, notando que Drew todavía no había vuelto. Para llenar su ausencia, en un momento de debilidad, tomé mi celular y llamé a Harry.

Obviamente, no atendió.


—¿A quién llamás? —alcé mi rostro, viendo a Drew entrar en mi habitación con un vaso de agua en una mano, y en la otra una tableta de aspirinas.
Volví a mirar la pantalla, culpable. —A Harry.
—¿No te atiende? —negué con la cabeza, mientras él se paraba a mi lado, dándome el vaso y una pastilla, con mirada tierna.
—Tomála, te va a tranquilizar —lo hice, sintiéndo cómo esto se parecía tanto a nuestra infancia; él dándome galletas o caramelos cuando me lastimaba, para que me sintiera mejor.
Sonreí. —Me alegro haberte encontrado acá, Drew. 
—Yo también, ______(tu nombre). Yo también.


Después de hacerme prometer que no me encerraría en el baño a llorar -los hombres de hoy en día son todos unos exagerados, dios- lo convencí de quedarse a dormir conmigo. Gemma se había pasado por mi cuarto para decirme que se iba a dormir a lo de Cameron -la perra esa- así que teníamos la casa para nosotros solos. ¿Y qué mejor manera que aprovecharla comiendo comida china y mirando series por internet tirados en mi cama? Sólo un poco patéticos, nada más.



—Lo que no entiendo —comenzó a decir, riéndose —es por qué mierda te gusta ese Gaz, de Geordie Shore. No, me corrijo. Por qué mierda te gusta Geordie Shore, para empezar.
—¡Está bueno! —defendí lo indefendible, contagiándome de su risa. —Y Gary está divino.
—No más que yo, seguro.
—Uhm —fingí evaluar la idea por más de dos segundos—. Sí, yo diría que más que vos.
—Perra —me tiró una almohada en la cara, ahogándome con mis risas.
—No tenés idea de lo gay que sonaste, ¿no?

Seguímos riendo un poco más, tentados, hasta que mi vista cayó accidentalmente en mi celular, y poco a poco la diversión se fue de mi rostro. Sentí cómo Drew seguía mi mirada, y suspiraba.

—Llamálo —me animó.
—No me va a atender.
—No lo sabés. 
—Bueno, no hay que ser inteligente para darse cuenta. 

Lo miré y noté cómo rodaba los ojos, alcanzando mi celular y poniéndolo sobre el acolchado, frente a mí.

—Tampoco hay que ser idiota para dar todo por sentado —dijo, sencillamente. Lo miré indecisa, y luego al celular, hasta que alargué mi mano y lo tomé.

Después de varios tonos, se activó el correo de voz, y corté.

—¿Ves? —inquirí fríamente, intentando ocultar lo que en realidad sentía. Decepción. Y tristeza—. Te dije que no me iba a atender.
—Dale algo de tiempo, boluda —se acercó a mí, dándome un abrazo flojo, pero con ánimo.  Ya se le va a pasar.
—¿Y si no se le pasa?
—Es el padre de tu hijo —me miró serio, separándose de mí. —Se la va a pasar.
Exhalé, obligándome a mantener las lágrimas dentro de mí. —Es que ese es el problema. No sé si quiero que se le pase, ¿entendés? —me miró confuso, así que decidí seguir—. Si todo queda mal entre nosotros, sería más fácil para él no enterarse, ¿no? Sé que es una excusa, pero no sé qué hacer. Y a veces creo que lo mejor... —suspiré. —No sé. No sé qué hacer.


En respuesta, Drew simplemente se limitó a rozar distraídamente sus nudillos contra mi brazo derecho, acostado en mi cama a mi lado. Al cabo de unos minutos, habló.

—Sabés que quiero lo mejor para vos, ¿no? —asentí—. Entonces tenés que confiar en mí cuando te digo que Harry tiene que saberlo. Para eso vine hoy, para hablar con vos...
—No es tan fácil —lo interrumpí, mirando el techo. 
—No, ya sé que no lo es. Pero merece saberlo, _______(tu nombre). 


Volví a asentir, buscando convencerme a mi misma. Me acordé de las palabras del viejo del parque, y cerré los ojos, acurrucándome contra el pecho de Drew. Quería hacer lo correcto, para todos. Nada más.


No sé muy bien en qué momento me dormí, o cuándo Drew se paró a apagar la laptop y las luces, antes de volver a acostarse junto a mí. Tampoco entendí qué fue lo que susurró cuando besó mi frente, antes de voltearse. Lo que sí sé, es el momento en que me sentí libre de dudas. Sabía lo que haría, cómo lo haría, y cuándo. 

Y sabía que era lo correcto.

Eso esperaba.


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Hola chicas :) Sé que han esperado bastante, pero acá tienen la primera parte del capítulo final. Y nada, espero que les guste, porque va a ser el último de Catching Feelings, ¿se dan cuenta? 
Como les había dicho antes, iba a subir las tres partes el mismo día, pero me voy para buenos aires mañana y quería subirles algo seguro por si hoy no me da el tiempo de terminar de escribir la tercera parte, por armar la valija y eso. Así que nada, las otras dos las subo el mismo día, apenas termine todo. Ya van a ver qué va a pasar :)
Otra cosa: Para las que no saben, salvé el examen. Así que gracias por la suerte que me mandaron :) Y gracias también a las que me desearon que me mejorara cuando estuve enferma, para las que no saben, tenía una infección en las axilas además de gripe y no podía hacer prácticamente nada con los brazos porque me dolía pila. Por eso me atrasé escribiendo, estuve una semana así, o un poco más.
No me falta nada más creo. Ah, les quería proponer algo. La que tenga tiempo, escuche "Trouble" de Leona Lewis. Más bien, fíjense en la letra, porque me basé en esa canción para escribir la nove de Zayn. Para las que se van a quedar en el blog a leerla, las invito a escucharla :) Acá les dejo el link: 
Pásense por el ask: ask.fm/seemehoran
Las amo!!!